Historia Coco

JORGE ZAGAZETA “COCO”

Pura magia

Él/ella, así es como se indefine Coco. Persona del mundo, la puedes encontrar en su Perú natal o en su residencia de Barcelona, o tal vez en algún lugar de Marruecos, Japón, Italia, Francia, España… Su periplo es infinito y apasionante, tanto como su talento y trayectoria artística. Cuenta que empezó de pequeña en Perú, armando cositas, como máscaras. Vivió en Madrid lo que define como “un mundo convencional” y fue en Ibiza donde descubrió que la vida podía vivirse de forma alternativa. Más tarde, en Génova, empezó crear y comercializar su propia bisutería. Después llegó el contraste de la vida en Marrakech y años después la noche de Barcelona.

De vuelta a Perú, estudió pintura y recibió un tesoro de su madre: collares que empezó a rediseñar, junto a mantillas y antigüedades que le regalaban sus tías. Tuvo su primer reconocimiento en una exposición que dio lugar a un documental. Esto le abrió las puertas a trabajar en la creación de collares y abalorios para personajes de época de algunas películas.

De vuelta a Europa, a Italia, en su maleta llevaba collares con piezas precolombinas. La donación de unas piezas etruscas hizo la magia: la combinación de ambas culturas dio lugar a unos collares divinos, preciosos.

De Italia, de nuevo a Barcelona como base de operaciones hacia Marruecos. En sus constantes viajes a Marrakech descubría y adquiría piezas singulares y muy especiales con las que crear colecciones. En esa época trabajó con las tiendas más top de Barcelona presentándoles sus colecciones.

Su espíritu inquieto, incluso aventurero, empujado por su inmensa creatividad, la llevó a vivir durante tres años en Marrakech, trabajando con mayoristas. Era un trabajo bonito pero poco enriquecedor, porque se ganaba mucho dinero, pero se trabajaba para hacer colecciones económicas destinadas a llenar grandes almacenes y tiendas de mayoristas. Esto conllevaba muchos viajes a Hong Kong para hacer colecciones allá que ella personalizaba. En esa época se traían de allí muchos contenedores y podía elegir para rehacer colecciones que ya estaban hechas. En España, colaboró con Operación Triunfo, La Isla de los Famosos y otros programas de televisión. Confiesa que trabajaba muchísimo, que podía estar produciendo las 24 horas y se vendía, vendía y vendía… La gente quería eso que veía en televisión.

Y llegó el día que sintió que no estaba contenta con su vida, que no estaba haciendo lo que quería, así que lo dejó todo, pese a irle muy bien, y decidió volver a Marrakech. Durante tres años estuvo trabajando con tiendas de antigüedades. Se abrían cofres y aparecían pequeños tesoros: piezas de marfil, de ámbar, de amatista, collares antiguos y con ellos podía hacer aquello que quisiera. Creaba collares que eran joyas. Los diseñaba, los terminaba y creaba maravillas.

Después de este tiempo de reencuentro y redescubrimiento íntimo, Coco regresó a Barcelona con una decisión tomada: ya no trabajaría para ningún mayorista, trabajaría para ella en la creación de colecciones más exclusivas y personales. Y en eso sigue después de 35 años, en Barcelona y aportando su magia en forma de maravillosas creaciones.

Cuando alguien adquiere un collar suyo puede estar comprando piezas, materiales y otros elementos con su propia historia de años. Actualmente, Coco trabaja con piezas adquiridas más de 30 años atrás en Marrakech. Por eso, sus collares son de una exclusividad sin parangón: mezclan arte, culturas e historias.

También trabaja otros materiales, como por ejemplo los plásticos, que tienen unos colores que no se encuentran en otros materiales. También juega con los números, los colores, las formas, las medidas… Crea collares con encanto que esconden cosas secretas, misterio y mil y una historia. Pura magia.

El vínculo con Federica Cui nace en uno de sus largos paseos por Barcelona en busca de ideas. Descubrió la Concept Store Federica Cui y reconoció en ella piezas procedentes de Turquía. Eso le llamó la atención y la decidió a entrar y presentarse.

El encuentro con Coco fue el inicio de una amistad que el tiempo se había reservado iniciar en nuestros días. Seguidora durante años de su obra, el destino me había reservado esta grata sorpresa, hoy vestida de colaboración artística, creativa y amistad.  

 

Deborah Gallardo

Essence of Federica Cui